martes, 25 de febrero de 2014

Génesis 13:1-13 . Abraham era muy rico

Las Escrituras advierten en cuanto a los peligros de la riqueza tan a menudo que ocasionalmente algunas personas dan por sentado que la riqueza en sí misma es mala y que toda persona rica es malvada por el hecho de tener dinero.
No hay duda de que la tentación de fijar el corazón en las cosas del mundo
hace sucumbir a muchas personas.
Pero Pablo enseñó que "raíz de todos los males es el amor al dinero" y no el dinero mismo
(1 Timoteo 6:10).
Abraham nos aporta un ejemplo de uno que tuvo grandes riquezas (Génesis 13:2) y, sin embargo,
fue un hombre recto y fiel.
El incidente ocurrido entre él y Lot nos hace ver la naturaleza de Abraham, que en muchos aspectos era semejante a la de Cristo.
Por todo principio de derecho y cortesía, Lot debió haber insistido en que Abraham fuera el primero
en elegir, ya que Lot había sido alimentado y protegido por Abraham, y él era el patriarca del
clan. Abraham pudo haber ejercido sus derechos y dado a Lot según su propio juicio.
En cambio, su preocupación fue que no hubiera altercado entre ellos, de manera que dio a Lot la oportunidad de ser el primero en elegir (vers.8; también los vers o 9 y 10) . Lot parece haber elegido la mejor tierra  las planicies bien irrigadas del Jordán y, sin embargo, no hay ningún indicio de resentimiento por parte de Abraham.
Por lo contrario, en los capítulos siguientes se relata la intervención de Abraham para salvar la
vida de Lot.
Era, sin duda, un hombre para quien los principios eran más importantes que lo material.
No es de extrañar, entonces, que el Señor renovara con él el antiguo convenio y lo hiciera padre de los fieles.















Abraham: Padre de los fieles

                   Génesis 12:10-20. ¿Por qué dijo Abraham que Sara era su hermana?
La idea de que Abraham, el gran hombre justo, dijera deliberadamente una mentira a fin de proteger
su propia vida ha turbado a muchos estudiosos del Antiguo Testamento.
Está bastante claro que su vida debió haber estado en peligro por causa de la belleza
de Sara. Parece extraño, pero si bien los faraones egipcios tenían gran aversión a cometer adulterio, no tenían reparos en asesinar a un hombre a fin de liberar a la cónyuge con el propósito de casarse con ella.
"Matar al esposo con el fin de quedarse con la esposa parece haber sido una costumbre común entre los reyes de aquella época. 
Un papiro nos cuenta de un faraón que, actuando por consejo de uno de sus príncipes, mandó hombres armados a buscar a una hermosa mujer y a deshacerse del esposo de ella.
Otro faraón recibió la promesa de parte de uno de sus sacerdotes, de que aun después de la muerte él mataría a los principales palestinos e incluiría en su harén a las esposas de ellos."

(Kasher, Encyclopedia of Biblical Interpretation , 2:128.)
Otra antigua costumbre permitía que la mujer fuera adoptada como hermana del hombre después del casamiento a fin de darle más derechos sociales y legales
(Busca Encyclopedia Judaica , s.v. "Sarah", 14:866).
Además, e s posible que después de la muerte de Harán, Taré legalmente adoptara a los hijos de Harán como propios, en esa forma haciendo de Sara una hermana de Abraham.
Abraham no mintió, pero aunque técnicamente dijo la verdad al llamarla hermana, engañó a los egipcios. ¿Cómo se puede justificar ese acto? La respuesta es sencilla: Su conducta estaba justificada porque Dios le dijo que así lo hiciera.
Algunos estudiosos han hecho notar que Abraham podía declarar válidamente que Sara era su hermana, pues el vocablo hebreo hermano (y hermana) era usado corrientemente al referirse a otros parientes consanguíneos.
Por motivo de que Abraham y Harán, padre de Sara, eran hermanos, Sara era sobrina
de Abraham y bien podía ser llamada su hermana.










¿Cumplieron los hijos de Israel con el convenio que hicieron con Dios?

Dios recuerda todos los convenios que hace con los hombres y cumple con su parte. A la antigua Israel Moisés le dijo: "Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones"
(Deuteronomio 7:9).
Lamentablemente, el hombre no siempre es fiel a los convenios que hace con Dios. Una cosa es que sepamos que somos elegidos del Señor, pero otra es entender qué es lo que se espera de nosotros, y además, llevarlo a cabo. En resumidas cuentas, a muchos se les da la oportunidad de entrar en el convenio, en realidad, a todos los que deseen hacerlo, pero pocos son escogidos porque son demasiados los que no alcanzan el grado de fidelidad necesario para
recibir la recompensa prometida (Mateo 20:16).
¿Por qué? Precisamente porque muchos quebrantan los convenios que hacen con el Señor.
La historia de la casa de Israel nos proporciona un estudio fascinante acerca de los convenios que fueron guardados y de los que fueron quebrantados. Es triste, sin embargo, enterarse leyendo el Antiguo Testamento de la larga serie de convenios que han sido violados.
Pero también nos enseña acerca de hombres de gran fe y de convenios que han sido cumplidos.
Es muy interesante observar cómo el pueblo de Israel reaccionó en cuanto a los convenios
que hizo con Dios. Los miembros actuales de la Iglesia pueden sacar provecho de las enseñanzas del
Antiguo Testamento, y el libro puede ayudarlos a que recapaciten en cuanto a sus propias costumbres
con respecto a los convenios que han hecho con Dios.
Al observar el comportamiento del pueblo de Israel en cuanto a los convenios, nos damos cuenta de
lo que quiso decir Pablo cuando les dijo a los miembros de la Iglesia en Roma, esta aparente paradoja:
"No todos los que descienden de Israel son israelitas" (Romanos 9:6).








viernes, 14 de febrero de 2014

Por medio de convenios podemos llegar a la exaltación

 Antiguamente, Dios centraba su obra en el pueblo del convenio
La naturaleza de los convenios de Dios con el hombre es eterna . Por motivo de que somos seres eternos, nosotros los humanos existíamos en el mundo premortal con nuestro Padre.
"No estemos adheridos a una causa de duración pasajera, la cual ha adoptado ideas y dogmas peculiares, o a una teoría popular creada por el hombre.
Nosotros creemos en principios que datan de toda la eternidad, que han sido originado por el Dios
de los mundos eternos, y cuyo alcance seguirá sintiendose por toda la eternidad. 

Y creo que formaremos parte de una unidad con Dios y con toda la humanidad: pasada, presente y futura."
El convenio del evangelio ha existido siempre. En cuanto a lo que a esta tierra se refiere, sin embargo, Adán fue el primero en recibirlo, y por medio de él se extendió a las generaciones que vinieron más adelante.
"¿Qué quiere decir el evangelio sempiterno? Sé que
algunas personas piensan que no existía el evangelio hasta que vino Jesucristo; pero éste es un grave error. Adán, Noé, Abraham y Moisés tuvieron el evangeha;
y cuando Jesucristo vino, lo hizo para expiar los pecados del mundo, y para darles a los hombres el
evangelio otra vez, pues lo habían perdido. Es posible que la gente se pregunte si se puede afirmar que los hombres que he acabado de nombrar tenían el evangelio. Yo diría, por supuesto que sí; por eso se le llama el evangelio sempiterno."


El Señor siempre elige a un pueblo en particular para que se encargue de llevar a los demás el mensaje del evangelio.
Al principio este pueblo estaba constituido por los santos fieles que seguían a Adán, a Enoc y a los otros patriarcas.
Alrededor del año 2000 a. C. , Dios eligió a Abraham para que dirigiera a este pueblo del convenio de esa época en adelante. Dios le prometió a Abraham que sería "padre de muchedumbre de gentes" y que le daría la tierra de Canaán "en heredad perpetua" (Génesis 17:4, 8).
"Y estableceré mi pacto entre mí y ti, Y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto
perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti
" (Génesis 17:7).

Abraham también tuvo que prometerle a Dios ciertas cosas, por ejemplo: andar delante de El y ser
perfecto (Génesis 17:1). Con esto, él prometió vivir de acuerdo con la voluntad de Dios y cumplir al
pie de la letra con todos los aspectos del pacto que había hecho con el Señor.
Como señal del convenio, Abraham también prometió circuncidarse y circuncidar a todos sus descendientes varones. El Señor explicó:
 "Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y
vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado
todo varón entre vosotros . . . y será por señal
del pacto entre mí y vosotros ". (Génesis 17:10-11)