viernes, 14 de febrero de 2014

Por medio de convenios podemos llegar a la exaltación

 Antiguamente, Dios centraba su obra en el pueblo del convenio
La naturaleza de los convenios de Dios con el hombre es eterna . Por motivo de que somos seres eternos, nosotros los humanos existíamos en el mundo premortal con nuestro Padre.
"No estemos adheridos a una causa de duración pasajera, la cual ha adoptado ideas y dogmas peculiares, o a una teoría popular creada por el hombre.
Nosotros creemos en principios que datan de toda la eternidad, que han sido originado por el Dios
de los mundos eternos, y cuyo alcance seguirá sintiendose por toda la eternidad. 

Y creo que formaremos parte de una unidad con Dios y con toda la humanidad: pasada, presente y futura."
El convenio del evangelio ha existido siempre. En cuanto a lo que a esta tierra se refiere, sin embargo, Adán fue el primero en recibirlo, y por medio de él se extendió a las generaciones que vinieron más adelante.
"¿Qué quiere decir el evangelio sempiterno? Sé que
algunas personas piensan que no existía el evangelio hasta que vino Jesucristo; pero éste es un grave error. Adán, Noé, Abraham y Moisés tuvieron el evangeha;
y cuando Jesucristo vino, lo hizo para expiar los pecados del mundo, y para darles a los hombres el
evangelio otra vez, pues lo habían perdido. Es posible que la gente se pregunte si se puede afirmar que los hombres que he acabado de nombrar tenían el evangelio. Yo diría, por supuesto que sí; por eso se le llama el evangelio sempiterno."


El Señor siempre elige a un pueblo en particular para que se encargue de llevar a los demás el mensaje del evangelio.
Al principio este pueblo estaba constituido por los santos fieles que seguían a Adán, a Enoc y a los otros patriarcas.
Alrededor del año 2000 a. C. , Dios eligió a Abraham para que dirigiera a este pueblo del convenio de esa época en adelante. Dios le prometió a Abraham que sería "padre de muchedumbre de gentes" y que le daría la tierra de Canaán "en heredad perpetua" (Génesis 17:4, 8).
"Y estableceré mi pacto entre mí y ti, Y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto
perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti
" (Génesis 17:7).

Abraham también tuvo que prometerle a Dios ciertas cosas, por ejemplo: andar delante de El y ser
perfecto (Génesis 17:1). Con esto, él prometió vivir de acuerdo con la voluntad de Dios y cumplir al
pie de la letra con todos los aspectos del pacto que había hecho con el Señor.
Como señal del convenio, Abraham también prometió circuncidarse y circuncidar a todos sus descendientes varones. El Señor explicó:
 "Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y
vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado
todo varón entre vosotros . . . y será por señal
del pacto entre mí y vosotros ". (Génesis 17:10-11)












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